


Un anciano va al médico y le dice:
- Doctor puede recetarme algo para tener sexo todos los días pero que no sea Viagra que tengo problemas de corazón.
- Pues no no puedo recetarle nada.
- Es que tengo un amigo que tiene 90 años como yo y tampoco puede tomar Viagra y dice que tiene sexo todos los días.
- Pues dígalo usted también.
- A ver Jaimito. Si en un árbol hay 5 pájaros y le disparo a 2 ¿Cuántos pájaros quedan?
- No queda ninguno señorita porque con el ruido de los disparos se van todos.
- No es la respuesta que esperaba Jaimito pero me gusta como piensas.
- A ver señorita ahora le voy a hacer yo una pregunta. Van dos mujeres por la calle comiendo helado una lo muerde y la otra lo chupa. ¿Cuál es la que está casada?
- No se Jaimito. ¿La que lo chupa?
- No señorita la que lleva anillo pero me gusta como piensa.
Jaimito encuentra a su padre en el baño masturbándose y le dice:
- ¿Papá, qué estás haciendo?
- Nada hijo… juego con el mono.
Al día siguiente el padre se encuentra a Jaimito en el servicio todo ensangrentado y le pregunta:
- ¿Jaimito, pero que te ha pasado aqui?
- Estaba jugando con el mono, me ha escupido y he tenido que cortarle la cabeza.
Un joven preocupado tras su primera experiencia sexual, decide ir al médico a explicarle su situación:
- Mire doctor, tengo un problema grave.
- Explíqueme de que se trata
- Pues verá, es que el otro dia tuve mi primera experiencia y al llegar al orgasmo eché un liquido blanco y viscoso.
- ¿Cual es el problema? ¿Que esperaba usted echar?
- ¡Joder! ¡Pues polvos, como todo el mundo!
Un hombre entra a una farmacia:
- Quería un preservativo… Es que esta noche voy a cenar con la familia de mi novia, llevamos unas semanas juntos y después de esta cena quizás… usted ya me entiende...
Mientras el farmacéutico iba a por el preservativo el hombre se queda pensando y dice:
- Bueno, mejor me pone dos, porque esta chica tiene una hermana que no está nada mal, igual cae también… Nunca se sabe!
El farmacéutico va por otro preservativo y el hombre vuelve a cambiar de opinión:
- Bueno, mejor me va usted a dar tres porque la madre es una cachonda que pone los cuernos a su marido y ya metidos en materia...
El hombre se va a casa y llega la hora de la cena. El hombre se la pasa comiendo sin quitarse la gabardina, con el cuello subido y la cabeza agachada. Al acabar, cuando han salido de la casa, va la chica y le dice:
- ¡Paco! no sabía que fueras tan tímido!
- Ni yo que tu padre fuera farmacéutico.